Vivimos en una era donde la información está a solo un clic de distancia. Herramientas como ChatGPT, Google Gemini y Google Scholar permiten acceder, procesar y producir contenidos con gran facilidad. Sin embargo, esta accesibilidad plantea desafíos éticos, especialmente en entornos académicos, donde el plagio digital ha evolucionado hacia formas más sofisticadas como el uso sin criterio de modelos de lenguaje. Este texto propone una guía sobre el comportamiento informacional esperado, a través de un ejemplo de producción académica con fuentes trazables y pensamiento original.
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